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domingo, 18 de septiembre de 2011

LA SEMANA ... EN CLAVE DE HUMOR.

Estimados lectores:

Será por aquello de que cada época trae sus flores, que ahora dedico los sábados noche a reflexionar sobre lo que ha pasado en la semana. Y puestos a ello, coincidiréis conmigo en que estos últimos siete días no han tenido desperdicio y la economía nos ha ofrecido más de un sobresalto.

De todos modos, lejos de instalarnos en el pesimismo, he decidido analizar la situación con humor, ofreciendo a nuestros seguidores éste entretenido relato de ficción:

Todo comenzaba a mediados de semana; con la amenaza de la quiebra griega sobre nuestras cabezas, las bolsas europeas se recalentaban hasta el punto de que medio planeta se encontraba pendiente el miércoles del resultado de una videoconferencia a tres entre los máximos dirigentes griego, francés y alemán. Mientras tanto, en España – porque se ven de forma muy distinta los toros desde la barrera- saltaban al ruedo los dos últimos presidentes de Gobierno de la democracia para recordarnos que nos encontramos al borde del precipicio y que quizás convenga llamar al pan pan y al vino vino.

Al mismo tiempo, no muy lejos de allí, un grupo de amiguetes celebraban una timba que, hasta el momento, no prometía muchas alegrías. Se alcanzaba la última mano y ya pintaban bastos. Todo apuntaba a que se cerraba el juego y cada uno debía recoger lo poco que quedaba sobre la mesa esperando poder hacer caja a la salida del local antes de la bancarrota. Ya no había más dinero con el que jugar, todas las cartas sobre la mesa …

Pero entonces… sucedió lo inesperado. Un movimiento más, un as en la manga de la banca -recuerden amigos, la banca siempre gana-.

Los principales Bancos Centrales del mundo habían decidido actuar inyectando liquidez a la economía.

¡Qué calladito se lo tenían! Justo en el momento en el que parecía que se iba a para la rueda, aparecen los americanos, los japonenes - hasta los suizos y los ingleses que no jugaban a esto del euro- y se suben al carro.  

-          Ya tenemos dinero para seguir jugando otro ratito- dijeron al unísono - aunque  deberemos esperar a las próximas semanas para ver cómo termina la partida.


Si Grecia se queda sin dinero – de hecho sólo le quedan euros para seguir jugando un mes más- el resto de jugadores lo van a pasar mal. Pero, ¿por qué? Porque a Grecia le va esto del juego más de lo que parece y hace ya un tiempo, para seguir en la mesa tuvo que pedir prestado a sus amigos, que también juegan la misma partida.

En el camino cayó Islandia, pero eso no afectó a la marcha de las apuestas, porque  era un jugador de poca monta – creo que a esto lo llaman daños colaterales en el argot –. Sin embargo, ahora Grecia pesa más, y a éste no se le puede dejar ir como si nada.

-          Tenemos que seguir jugando – dice Francia.

-          Sí, pero yo no pongo un euro más – replica Alemania.

-          Pues tendremos que llamar a los chinos o a los del Golfo – dice otro.

-          Vale, pero a esos si no hay más remedio, que saben mucho de esto, y al final se quedan con toda la pasta.

Y mientras tanto, Irlanda y Portugal rezan todo lo que saben para que la partida continúe … y España, que también anda bastante falta de capital, sigue el ejemplo de éstos porque después del 1 dicen que va el 2.

TO BE CONTINUED …
Fernando González

domingo, 11 de septiembre de 2011

REINVENTARSE APRENDIENDO DEL PASADO

Dicen que cada persona es un mundo, y por extensión, lo mismo les debe ocurrir a las empresas al estar dirigidas por seres humanos.  Quizás sea por eso que unas van bien y otras mal.

Y es en ello en lo que me gustaría basar este artículo que he titulado: reinventarse aprendiendo del pasado.

Acabamos de pasar el verano, y no ha sido un verano cualquiera para nadie. Seguimos enfrascados en la mayor crisis económica y financiera desde el crack del 29. Los mercados bursátiles agudizan su tendencia a la baja y en el horizonte se disipan oscuros nubarrones que amanezan con una nueva recesión global.

Ante semejante panorama no resulta fácil dirigir una empresa para llevarla a aguas más tranquilas. Muchas empresas, pequeñas y medianas sobre todo, lo están pasando mal. Algunas de ellas perecerán en el intento, pero otras muchas podrán salvarse como ya lo han hecho aquellas que apostaron por factores claves en el pasado.

Hemos escuchado muchas veces que conocer la historia ayuda a no cometer los mismos errores en el futuro. Pues bien, analicemos algunos sectores que han sabido reinventarse y que están cosechando éxitos importantes:

Sector calzado

Fue uno de los sectores más severamente castigados por la fuerte competencia en precios, proveniente en su mayoría de mercados asiáticos.  De repente se abren las fronteras y aparece una enorme cantidad de calzado de bajo precio, desaparecen muchos pequeños fabricantes que competían por precio en el mercado y que no se destacaban por su diseño. Pero además, los principales fabricantes deslocalizan su producción.

Ahora bien, como dicen que no hay mal que cien años dure, producir fuera deja de ser tan ventajoso y los consumidores perciben el calzado hecho en China como de baja calidad. Demandan marca y buenos productos, con un efecto muy positivo para las marcas que han sabido estar y adaptarse a la situación.

En esos años muchas empresas han navegado sin rumbo, pero otras se han distinguido por saber escuchar e interpretar las señales que les enviaban sus clientes. Apostaron por su marca, por la publicidad, por la calidad y el servicio y ahora se encuentran mejor posicionados. Pero también invirtieron en sus empresas para conquistar mercados emergentes que no han parado de crecer en la última década. El resultado, menos empresas, pero más competitivas.

En cifras: las ventas de calzado han crecido en 2011 más de un 13% con respecto al año anterior, incrementos superiores al 15% en Italia o Reino Unido y muy superiores al 40% en otros mercados emergentes como China, Japón o Rusia. El sector afronta ahora el futuro con un mayor optimismo.

Sector textil

Aquellos que conozcan mínimamente la industria sabrán que éste ha sido otro de los sectores más duramente golpeados. Con la apertura de los mercados y la reducción de aranceles a la importación, la materia prima ya no es española, sino china, india, paquistaní o turca. Se inunda el mercado de productos más competitivos y los grandes productores españoles atraviesan serias dificultades.

Pero siempre hay empresas que obserban los cambios y se adaptan a ellos: no en vano, muchos dejan de fabricar aquí para acabar y confeccionar sus prendas aquí. Ofrecen colecciones con diseños muy bien aceptados por el consumidor presentando colecciones completas con productos acabados de marca propia. Abren sus puertas a nuevos clientes (sector contract, horeca …) y a nuevos mercados (aquellos donde crece la construcción de hoteles y residencias). Otros dejan de fabricar sus productos tradicionales para cubrir una demanda que no para de crecer en el sector de la puericultura. Nuevamente se cosechan éxitos por haber cambiado a tiempo su estrategia.

En cifras: el sector de la puericultura creció más de un 8,5% en 2010, el 75% de las empresas del sector son exportadoras y están apostando por mercados exteriores como Próximo Oriente, Estados Unidos o China.

Sector Alimentación

España es una gran productora de todo tipo de productos alimenticios, pero quizás destacan algunos de ellos por su idiosincrasia: el jamón, el vino o el aceite de oliva son claros ejemplos de ello. Aquellos productores o comercializadores que han apostado por la internacionalización están recogiendo ahora positivos resultados.

En cifras, los vinos españoles han aumentado sus exportaciones en casi un 30% en lo que va de año, con un efecto muy positivo sobre las ventas, ya que el empuje se debe en gran medida al incremento en el consumo de vino envasado con denominación de origen. El resto de productos alimenticios incrementan su presencia en mercados como países del Golfo, China, Brasil …

* * * * * *

Con todo esto podemos observar que existen sectores en crecimiento, pero sobre todo existen empresas en crecimiento, que día a día analizan el mercado y el consumidor para ofrecerles aquello que demandan.

Si su empresa no es una de ellas, quizás todavía pueda serlo. Pero, ¿cómo saberlo? Una recomendación: empiece a plantearse, si no lo ha hecho ya, preguntas como:

-          ¿estoy haciendo las cosas correctamente?

-          ¿estoy ganando dinero con todos mis productos?

-          ¿puedo crecer haciendo lo mismo? ¿y haciendo cosas diferentes?

-          ¿existen oportunidades para ampliar ó diversificar mis mercados?

-          ¿puedo ser más competitivo?

-          ¿utilizo correctamente las nuevas tecnologías?

-          ¿sé lo que necesitan mis clientes?

-          ¿mi personal está preparado?

Y si necesita ayuda, no dude en contactar con nosotros. Constantemente buscamos nuevas oportunidades para nuestros clientes y les ayudamos a gestionar más eficientemente sus empresas. Porque hoy, más que nunca, es necesario.



Fernando González