La era 2.0 de Internet, en la que nos encontramos desde 2004, está a punto de llegar a su fin. Y no porque las webs vayan a dejar de ofrecer vídeos, funciones sociales o un diseño mucho más atractivo. Que nadie se preocupe, van a seguir siendo igual de bonitas y funcionales. Va a finalizar porque vamos a entrar de lleno (o ya lo estamos haciendo, según se mire) en la era de la computación en nube (cloud computing en inglés).
La nube es un nuevo paradigma que representa un cambio en la forma de acceder y utilizar internet. Con ella, podremos trabajar en programas que no estén instalados en los discos duros o memorias de nuestros equipos. Pero no sólo cambiará nuestra forma de desarrollar tareas profesionales. También de divertirnos con videojuegos o escuchar música.
La nube en el trabajo
Si hasta ahora, para poder escribir un informe o hacer un trabajo de la universidad, teníamos que comprarnos un ordenador potente, y un software que por lo general venía en una caja, con la nube las cosas van a ser más o menos así: tendremos que comprarnos un aparato (tableta, teléfono inteligente, ordenador...), pagar una conexión a internet, y acceder a una web que disponga de un procesador de texto online. Desde allí, escribiremos nuestro texto y lo guardaremos. Incluso, podremos ordenar una copia impresa de nuestro texto y que sea enviada a nuestra impresora (algunas son capaces de recibir archivos a través de Internet, sin necesidad de estar conectada a ningún ordenador).
No hace falta disponer de un equipo potente. Tan sólo de un aparato con conexión a internet. Una de las grandes ventajas de la nube es que nuestros aparatos (los que están en frente de nuestras narices, ya sea un netbook o móvil- no ejecutan ningún proceso complejo. Los servidores en donde se hayan los programas que estemos utilizando son los encargados de esta pesada tarea, que antes se realizaba con nuestros aparatos. Por eso, cada poco tiempo debíamos cambiar de ordenador, ya que se quedaba obsoleto ante las nuevas versiones de programas como Excel o Word, por poner algún ejemplo. Ahora, esos cambios de hardware se realizarán en los servidores y no en nuestra casa. Tan sólo nos hará falta poseer un aparato que se conecte a internet, y poco más.